
11
Oct
¿Por qué llevar un cárdigan cuando se puede llevar un blazer? Buena pregunta. El cárdigan, o rebeca para entendernos, es un primo lejano del jersey, abierto por delante con una hilera de botones. Comparado con la americana entallada, cae desestructurado desde los hombros, sin llegar a marcar del todo las curvas ni tampoco favorecerlas en exceso. De ahí que suela perder la batalla en un cara a cara. Esto, claro, se aplica sobre todo a los cárdigan convencionales y no a los que te vamos a enseñar hoy: si pensabas que la rebeca era la prenda más aburrida de tu armario, vamos a ver varias maneras diferentes de incluirla en tu look este otoño-invierno.
Como con casi todas las prendas del armario femenino, incluso algo tan humilde como una rebeca se rige por la matemática de las proporciones: saber llevarla pasa por conocer cómo funcionan los diferentes largos de las prendas cuando las mezclamos entre sí. Esto es importante sobre todo en las prendas que se consideran de abrigo y que normalmente se colocan por encima del look principal, incluidos los jerséis y las rebecas, además de gabardinas y chaquetones, ya que el efecto de las diferentes capas una sobre otra puede desbaratar la silueta que hemos estructurado con tanto cuidado delante del espejo (piensa por ejemplo cuando te pones un abrigo tres cuartos sobre una falda muy larga). Teniendo en cuenta que existen tantos largos de cárdigan como fashionistas, antes de ver las diferentes maneras de llevar tus rebecas esta temporada conviene echar un vistazo a los largos más frecuentes, y las mejores maneras de combinarlos para sacarles el máximo partido.

EL CÁRDIGAN A LA CINTURA
Mejor llevarlo sobre un vestido, una falda o con unos vaqueros o pantalones sastre, procurando que el bajo de la rebeca coincida con la cintura. Que una se siente sobre los otros. Si combinamos este tipo de chaqueta con una camisa o una camiseta, siempre es mejor remeterlas por dentro de la falda o el pantalón, para que el largo del top no sobrepase el largo de la rebeca: las capas más largas, siempre por fuera. Puedes darle un twist a este look remetiendo la parte delantera de la rebeca por la cinturilla.

A LA CADERA
Un poco más largo que el anterior, este tipo de cárdigan son un básico habitual del armario porque es súper cómodo y crea una línea vertical por delante. Es decir, favorecen a todas las siluetas. Aún así, al cortarse justo en la zona de la figura en la que el hueso se ensancha en comparación con la cintura, es mejor evitar combinarlo con prendas que ya de por sí tengan volumen, para evitar el efecto 2×1. Por ejemplo: mejor evitar una falda de línea ‘A’ o bombonera, ceñida a la cintura pero amplia en las caderas; los cárdigan con este largo funcionan mejor con prendas ajustadas, como una mini elástica, una falda lápiz o unos vaqueros campana, ceñidos en la cadera pero que se ensanchan en el bajo.

EL CÁRDIGAN XL
O cárdigan a lo Kurt Cobain: nada dice grunge como una rebeca de punto de hombros caídos, que llega hasta el medio muslo y que es ligeramente oversize. No confundir con las chaquetas estilizadas de largo hasta los tobillos que junto con el monoblocking: el cárdigan XL se acerca más a las prendas de aire boyfriend y es ancho por naturaleza. Para mantener el equilibrio entre la parte de abajo y la de arriba, es mejor combinar estas prendas chunky con otras slim, por ejemplo unos vaqueros estrechos con corte tobillero deshilachado, o incluso unos leggings deportivos.

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